miércoles, noviembre 01, 2006

El Jardin de LA CALLE CINCO - The Fifth Street Garden




El Jardín de la Calle Cinco
por Brad Will



La historia del Jardín de la Calle Cinco está profundamente conectada a la historia de la Casa Ocupada (Squat) de la Calle Cinco. El viejo Squat vio como el edificio inmediato vacante se convirtió en el basurero del propietario y zona de descargue de los desperdicios de sus renovaciones. Las pilas de yeso de apartamento tras apartamento, madera podrida y hierro viejo, sobrecargó el edificio viejo hasta que colapsó de abandono (y soledad).

En los años 80 Jimmy Stewart, entre varios otros, acompañó el viejo Squat y ayudó a remendarlo y mantenerlo en función. Jimmy vió cuando la ciudad vino y acabó con el edificio vecino y se lo llevó. Los residentes llegaron y se fueron hasta que, comenzando con un pequeño grupo de refugiados del Squat Casa de Vidrio (Glass House), un nuevo grupo (tercera generación) de jóvenes ocuparon el edificio. Sangre fresca y renovada energía empezó a hacer que el edificio funcionara tiempo completoÑhicieron renovaciones y mejoramiento estructural y, increíblemente, limpiaron las inmundicias y comenzaron un jardín comunitario.

Hostigamiento constante del departamento de salud hizo poco para atemorizar el brote de verdor, aunque algunos de los tomadores caninos si interrumpían el impulso.

Yo conocí a Kzrt en Dreamtime Village en la lejana de WI rural, compartiendo la agricultura orgánica, la vivienda colectiva, y técnicas alternativas de construcción. Pasó por India y llegó a la ciudad de Nueva York sin un centavo, se mudó a Calle Cinco trabajando por un jardinero de la ciudad. Yo me mudé a la gran (mierda) ciudad, sin rumbo y fascinado aterricé desesperado delante de su puerta.

Kzrt trajo a casa los lujosos desperdicios de los soberbios, objetos de los jardines en los rascacielos los puso de nuevo en la calle. Recuerdo cuando llegó el camión y Kzrt gritó por ayuda--habrían 100 sacos de tierra y turba. Finalmente hicimos un arreglo para tener recogidas regulares de basura frente al edificio y un espacio inmenso se abrió en el jardín para eventos de la comunidad.

Slevitch y Patrick estaban felices cuando terminaron el asado--un tanque de aceite abierto por la mitad, lo acomodaron a lo largo como una ostra gigante con bisagras y un sostén angulado de hierro. Nos comprometimos a hacer un guizote cada fin de semana asoleado, y mantuvimos el compromiso alimentando todo tipo de gente de la vecindad, un lado carnívoro y el otro vegetariano. Los niños del barrio y sus padres pasaban corriendo y jugando en la tierra fresca. Amigos llegaron con comida para el asado o solo con barrigas vacías. Un poco de música y travesuras y los perros enloquecidos.

Mi amigo John se mudó al vecindario y comenzó trabajando duro como voluntario, utilizando sus experiencias de jardines piratas y masonería de piedra al uso. Solía llamar a mi ventana con el umbral de una ventana bajo el brazo. "Hay un contenedor lleno de ellos, vamos!," decía. Con su coordinación transformó una pila de ladrillos a un pasillo elegante y cercó las plantas elevadas con paredes retenedoras. Me contó una historia sobre las piedras que pavimentaban el viejo Nueva York. Ellas eran piedras lastre cortadas por los prisioneros en Inglaterra y traídas en barcos grandes que dejaban en los puertos con inmensos viejos pinos blancos cargando los barcos. Slevitch escamotaba un vagón lleno de ellos que traía de los puertos abandonados de Williamsburg, y aquí estábamos, volviendo ese desgaste y calzada en sencillos jardincillos, manteniendo la tierra nueva sobre el polvo feo de abajo.

Lo que transformamos con nuestras manos y esta simple tierra. Kzrt tenía un plan para un lecho espiral de especias que formaran un pico con dos caminos curvos de cada lado. Jimmy dañaba los planes a diario, diciendo que el camino iba derecho por diez años y que el no iba a parar ahora. Una batalla se armaba. John llegó con unas piedras impresionantes del Río Este y colocamos un lindo camino por las plantas y apoyamos los lados. Dice Krzt: "Wow, esto es maravilloso. Había decidido matar a Jimmy y que así todo iría bien, pero esto resultó mejor."

Un grupo de la casa fuimos al Jardín Elizabeth Christy para la repartición gratuita de plantas de la Guerrilla Verde, celebrada anualmente. Nosotros rogábamos. Ellos dejaron que los regulares respetables escogieran primero mientras nosotros esperábamos en el perímetro, cuando nos dieron la entrada limpiamos la casa. Nos dieron una docena de varas de pino, una carretilla, muchas plantas y un contenedor prefabricado para abono.

Nos tomó tres viajes trasladar todo con carreta. Plantamos una hilera de arbustos espinosos que darían fruto que atrajera los pájaros, pero tenía doble función como seguridad contra el fastidioso superintendente vecino.

Los girasoles crecieron alto, y las Glorias Mañaneras, se sobrepasaron la cerca y empezaron a crecer sobre el Squat. Hicimos paz con la Òmujer de mugreÓ del lote Sección Ocho de atrás, que había incitado una disputa por llevarse una gran pila tierra que debíamos compartir. Pero le caí bien y nos dio un pequeño árbol de capullos rojos para que lo transplantáramos con la esperanza de que nuestro jardín le diera mas luz y un mejor hogar.

John y yo estábamos afuera mirando el panorama y dos monjas del centro Cabrini de ancianos se nos acercaron y nos dijeron que bello jardín teníamos. Whoa! Dos semanas mas tarde un oficial de alto llegó a decirnos lo mismo. Esto de un lugar que comenzó una petición en el vecindario para que nos desalojaran. Que poder transformador tiene un buen espacio verde.

Estábamos sucios. Solo teníamos agua del hidrante y un par de sanitarios para todo el edificio. Era difícil solo sobrevivir y prevenir que los sanitarios se congelaran en el invierno. También había que estar atentos que la ciudad nos cayera en cualquier oportunidad. Fue un milagro hacer el bloque mas limpio, más seguro, más orgulloso. Estaba bien.

El viejo albañil Sammy nos consiguió a todos trabajo moviendo carbón por $5.00 la hora, debajo de la mesa. Un hombre especial de la vieja escuela-- del squat de la calle 13--hacía la albañilería en todos los squats, un borracho contento que se puso sobrio y empezó a hacer buen trabajo con ACT UP. Nosotros lo recogimos cuando tropezó de nuevo y poco tiempo después lo encontraron muerto cerca del río. Plantamos un árbol de en honor a ese pobre infeliz, Slevitch y Patrick estaban solemnes y silenciosos.

Nunca lo vimos florecer. Los puñeteros botaron mi edificio sobre el jardín--casi me matan quebrando el edificio cuando sabían que estaba adentro, todas las salidas estaban bloqueadas y la tropa Gestapo estaba preparada para aplastar una revuelta. Cientos en la calle decían "no", y yo estaba solo en el edificio oyendo sus gritos cuando la grúa empezó a subir. Creó un humo de pintura de plomo y asbesto que quedó en el aire tres dias, y quebró un hueco de diez pies de hondo y diez de ancho en la casa vecina.

Violados: nuestra casa, nuestro jardín, nuestros vecinos, nuestra comunidad. De alguna manera un pequeño pedazo del jardín colindando el edificio vecino se salvó de ser enterrado. Ese árbol de capullos rojos aun está allí, un poco abusado por los consumidores de Crack que acampan debajo.

Lentamente regresa a ser un lote de basura y drogados. Encontré un idiota que dijo que pronto sería un estacionamiento de carros. Que júbilo. Pero la Agencia de Protección de Ambiente tuvo algún control sobre la propiedad hasta que blah blah blah... Es difícil dar la espalda y dejarlo todo. Pero se hace.

Ahora intercambio entre el bello jardín de Dos Blocos en el bajo Nueve Este y el jardín de la Asociación Cerezo (Cherry Tree Association) en el sur del Bronx. En el pequeño nido de meditación detrás de Dos Blocos las viñas de frijol subieron y florecieron en el alambre de puntillas. Todos los bienes: abono, comida y cosecha de hierba, arbor urbano, ahorro de semilla y praxis permacultura. Los otros jardines por cual luchar la buena lucha. No importa. Esta tierra no morirá.

Pequeños humanos vienen y van como un virus. Nos enlazamos, picamos y criamos. Pero nuestros más notables logros son pequeños brotes sobre el pulso latente de la vida. Somos una piedra quebrada de esta tierra. No hay naturaleza. Está en todos lados y, sí, hasta aquí en esta ciudad de tablas de concreto. Somos vida. Y la vida siempre vence.

Amor y tierra
Brad Will

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The Fifth Street Squat Garden
by Brad Will
El Jardín de La Calle Cinco - en Español

The story of the Fifth Street Garden is deeply connected to the story of the Fifth Street Squat. The old squat watched its adjacent building go from vacant tenement to dumping ground for the next building's landlord and his renovation blunders. Apartment after apartment's piles of plaster, rotted lumber and old steel bloated the empty building until it collapsed due to neglect (and loneliness). Through the eighties Jimmy Stewart, among a slew of others, kept the old squat company and helped stitch it together and hold it up. Jimmy watched the city come and finish off the adjacent building and haul it away. The residents came and went until, starting with a small group of refugees from Glass House Squat, a new ("third generation") group of younger squatters moved in. Fresh blood and renewed energy got the building moving full time -- renovation and structural improvements and, lo and behold, clearing out the junk yard next door and starting a community garden. Constant harassment from the Sanitation Dept. did little to deter the green emergence, though some of the dog squatters sure put a dent in the momentum.

I met Kzrt out at Dreamtime Village in way rural WI sharing the permaculture organic farming, collective living, and alternative building techniques. He wandered India and landed in NYC penniless and moved into Fifth St. working for a city landscaper. I moved to the big shitty wandering wonder-eyed and landed desperate at his doorstep. Kzrt brought home the righteous kickdowns from the snobs and their terrace penthouse gardens back to the street. I remember the company truck pulling up and Kzrt yelling for help -- must have been a hundred sacks of soil and peat. We finally finagled regular garbage pick up in front of the building and a huge amount of space opened up in the garden for community pursuits.

Slevitch and Patrick were beaming when they finished the barbeque -- an oil drum sliced down the middle that sat long ways and opened up like a giant clam on hinges and an angle iron lip. We pledged a cook out every sunny weekend and made good on our promise, feeding all kinds of folks from the neighborhood, one side carnivorous and the other vegan delight. The kids from the block with negligible parents running around playing in the fresh dirt. Friends showed up with food for the grill or just empty bellies. A little music and mayhem and all the dogs going at it crazy.

My friend John moved to the neighborhood and started volunteering hard core, putting his pirate garden experience and stone masonry to work. He used to yell up to my window with a huge window sill stone cradled in his arms. "There's a dumpster full of them, come on!" He organized turning the scrap pile of bricks into an ornate walkway and worked over the raised beds with retaining walls. He told me a story about the cobble stones that used to pave old New York. They were ballast stones cut by prisoners in England and brought over by big wooden ships and left on the docks with with huge old growth white pines weighing down the boats. Slevitch would scavenge a van full of them from the abandoned docks in Williamsburg and here we were, turning all that pillage and roadways into simple garden blocks, holding the new soil above the lead nasty dust below.

What we transform with our hands and this simple soil. Kzrt had this plan for a spiral bed of spices crawling upward toward a peak with two trails curving around either side. Jimmy busted up the whole program on a daily basis, mumbling that the trail went straight through for ten years and he wasnÕt gonna stop now. A battle was brewing. John showed up with some fat ass stone from the east river and we laid a beautiful walkway through the bed and shored up the sides all spiffy.

Kzrt: "Wow, this is great. I had decided that I had to kill Jimmy, and then everything would be all right. This is a much better option."

A crew of us from the house went out to the Elizabeth Christy Garden for the Green Guerrilla annual plant giveaway. We begged. They let the respectable regulars have a first nab while we held off on the sidelines and cleaned house when they gave us the go ahead. They floated us a dozen pine two by fours, a rickety wheelbarrow, plants galore, and a prefab compost bin. It took three trips to haul it all back by push cart. We planted a row of thorny bushes that would bear bird attracting berries come springtime but doubled as a security against the pesky super next door. The sunflowers sprang up tall and the morning glories surpassed the fence and started climbing up the squat. It took three trips to haul it all back by push cart. We planted a row of thorny bushes that would bear bird attracting berries come springtime but doubled as a security against the pesky super next door. The sunflowers sprang up tall and the morning glories surpassed the fence and started climbing up the squat. Even made peace with the "dirt lady" in the Section Eight lot behind ours who stirred up a feud by snagging a huge pile of dirt we were supposed to share. But she took a liking to me and told us to transplant this little redbud tree in the hopes that we could give it a little more light and a bit better home.

Me and John were standing outside surveying the rapture and two nuns from the Cabrini old folks home across the street came over to tell us what a lovely garden we had. Whoa. A couple weeks later an office high up came by to spread the same sentiment. This from the place that started a petition on the block to get us evicted. Oh the transformative power of the green good space. We were dirty. Only running water from the hydrant, just a couple of toilets for the whole building. It was hard just to get by and keep the toilets from freezing in the winter. And you have to deal with the city wanting to pounce any chance they get. It was a miracle making the block safer, cleaner, prouder. Just fine. Old Sammy the plumber got everyone hired shoveling coal at the Rivington school off the books five an hour. A real sweet heart -- old school from 13th street squats, did all the plumbing for the squats, a jolly drunk that sobered up and started doing bad ass work with ACT UP. We took him in when he fell off the wagon head first and not too long after was found dead down by the river. We planted a pear tree for the bastard, Slevitch and Patrick all proud and silent.

Never got to see it come to fruit. Fuckers dumped my building on top of that garden -- ready to kill me tearing at the building while they knew I was inside, all the exits blocked off, and the gestapo horde ready to crush any revolt. Hundreds in the street to say "no" and me all alone in the building hearing them scream when the crane started to rise. Crashed a cloud of lead paint and asbestos into the air three days running and smashed a ten by ten foot hole into the next door neighborÕs house. Violated: our home, our garden, our neighbors, our community. Somehow a little sliver of the garden hugging the next building survived burying. That red bud tree is still there, a bit abused by the crackheads camping out under it. Slowly returning to a garbage filled, junky lot. I ran into some schmuck who said there would be a parking lot there soon. Oh joy. But the EPA had some hold on the property until blah blah blah. It is hard to turn your back and just walk away. But you do.

Now I trade off from lovely Dos Blocos Garden on lowly East Nine and the Cherry Tree Association Garden up in South Bronx. In the little meditation nook behind Dos Blocos the bean vines crawled up and bloomed in the razor wire. All the goods: composting, food and herb harvest, urban arbor, seed saving and permaculture praxis. Other gardens to fight the good fight for. No matter. This earth will not die. Little humans come and go like a virus. We cling, tear and breed. But our greatest achievements are little pimples in this coursing life beat. We are a birth stone split from this earth. There is no nature. It is everywhere and yes, even here in this city of concrete slab tombstones. We are life. And life always wins.

love and soil
Brad Will



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PUBLICADO ORIGINALMENTE POR SU AUTOR EN: http://www.interactivist.net/gardens/gs_5thstreet_en.html

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